LA HISTORIA DE LAS CREADORAS DE ESSEM: PARTE 1

LA HISTORIA DE LAS CREADORAS DE ESSEM: PARTE 1

Cristina

 

Nuestro origen definitivamente es exótico. Somos una mezcla de 3 regiones en Colombia, Costa Caribe, Cauca y Santander. Cuando lo pienso, entiendo perfectamente que tenemos algo de cada uno de nuestros ancestros, el sabor, la alegría y volumen de voz de Santa Marta, la calma y la prudencia de Popayán y el carácter y la entereza de Bucaramanga.

Venimos de una familia en donde las mujeres siempre han sido el centro del hogar, trabajadoras, emprendedoras y definitivamente matronas que nos han dejado un ejemplo de liderazgo y fortaleza sin precedentes. Ciertamente nuestras raíces nos han influenciado desde siempre, desde que cada una eligió su carrera profesional y eso nos trae al día de hoy en el que decidimos arriesgarnos y empezar nuestro propio negocio. Esta es la historia de las creadoras de Essem Skincare.

Era el año 2010 y en el colegio todas empezábamos a hablar sobre lo que cada una estudiaría, el trabajo que siempre habíamos soñado y lo que estaríamos haciendo en 10 años. Recuerdo bien que yo tuve siempre claro mi carrera desde principios de bachillerato a diferencia de varias de mis amigas y compañeras. Y es que, ¿cómo no? Si desde primaria mi único hobby básicamente era el deporte y vender lo que se me iba ocurriendo. Mis papas cuentan que cuando era chiquita, en vez de pedirles Barbies en Navidad, pedía una caja registradora o un cajero automático. Entonces cuando entré al Marymount, busqué siempre la forma de poder vender desde pulseras, brownies y sánduches, hasta ropa y accesorios. Por esa razón cuando se acercaba el momento de aplicar a la universidad, siempre supe que iba a estudiar Administración de Empresas en el CESA, como mi papá, para tener todas las herramientas necesarias y algún día poder crear mi propio negocio.

Cuando empecé la carrera realmente confirmé que había tomado la mejor decisión. Amé cada segundo de ella y encontré, dentro de ese mundo tan amplio y diverso, mi pasión en términos profesionales: el Marketing.  Hice mi practica en DIAGEO y luego trabajé en Unilever y 3M, empresas que ciertamente me formaron y de las que aprendí muchísimo. Finalmente decidí volver a estudiar y fue así como volví al CESA, mi alma mater, y empecé una especialización en Mercadeo Estratégico que duro un año y medio.

Les cuento todo esto pues mi camino es el que me trae a hoy, el que me ha formado y el que me permite poder contarles que me arriesgué, después de mucho tiempo de pensarlo y de darle vueltas al tema, renuncié y emprendí. Este camino no ha sido fácil, dejé de lado posibilidades altas de crecer en multinacionales y tener una vida “estable” en términos laborales, pero ha sido de total aprendizaje, gratificante al trabajar por algo propio y también de tener mucha paciencia y a la vez persistencia. Hay mucho mas detrás de esta historia de emprendimiento y espero poder contarles desde mi posición como fue todo el proceso realmente (lo haremos en un segundo capitulo de nuestra historia), por ahora le doy la palabra a Laura, mi hermana mayor para que les cuente un poco de su historia y de su contexto y como yo les conté nuestro origen familiar, ahora ella les contara un poco sobre el origen de Essem y como llegamos a nuestra idea de negocio.

 

Laura

 

Siempre he sido soñadora. Desde chiquita me gustaba dejarme llevar por mi imaginación y crear historias y personajes en mi cabeza. En mis juegos siempre terminaba involucrada la familia entera, le asignaba a cada miembro un personaje con toda una historia de vida y podía quedarme horas imaginando las situaciones en las que se desenvolvían esos personajes. Tal vez por eso siempre me gustó el teatro, y cuando me preguntaban qué quería ser cuando fuera grande siempre respondía “voy a ser actriz”. Mis papás siempre me apoyaron y me metieron a clases de teatro, música y baile en una academia en la que estuve hasta mi último año de colegio. A medida que fui creciendo me fui dando cuenta que, aunque amaba la actuación, no era lo que quería hacer por el resto de mi vida. Cuando llegó el momento de decidir qué carrera iba a estudiar, tenía claro que quería combinar mis habilidades numéricas, con mi imaginación. Y fue así como decidí estudiar administración de empresas, una carrera con un campo de acción tan amplio que seguramente me permitiría encontrar formas de utilizar mi creatividad en mi vida profesional.

Cuando entré a la universidad me di cuenta rápidamente de que lo mío eran las finanzas, y por eso empecé mi vida profesional como practicante en un Private Equity. Después de mi práctica sentí que, aunque me gustaba trabajar con números, gráficas y modelos, no soy el tipo de persona que puede estar sentada detrás de una pantalla el día entero sin tener mucha interacción con otras personas. ¡Amo hablar con la gente! Por eso busqué un trabajo que me permitiera combinar ambas cosas, y fue así como llegué a trabajar en una ONG americana de inclusión financiera. Ahí trabajé hasta que me mudé a California para poder estar con mi esposo después de una relación de larga distancia de casi 2 años.

Una vez llegué a California me sentí pérdida. Sentía que no sabía muy bien qué quería hacer con mi vida. Me aterraba pensar que el día que tuviera hijos no iba a tener tiempo para ellos si volvía al mundo financiero, y peor aún sabiendo que mi familia no iba a estar cerca siempre para ayudarme a balancear mi vida personal con la laboral. En ese momento fue la primera vez en mi vida que se me ocurrió que quería emprender, porque, a diferencia de otro emprendedores, yo no siempre soñé con tener mi propia empresa.

Lo lindo de dejarse picar por el bichito del emprendimiento es que le cambia a uno totalmente el mindset. De repente me empecé a dejar llevar nuevamente por esa imaginación que tenía desde niña para buscar oportunidades de negocio. Sabía que quería emprender, pero todavía no tenía clara mi idea. Paralelamente, estando en California descubrí el maravilloso CBD (si quieren saber exactamente qué es y sus beneficios los invito al blog que dedicamos al tema llamado “Tu piel y el CBD” en esta misma sección). El CBD fue mi mejor aliado para lidiar con la ansiedad que me produjo mudarme a un país nuevo en el que no conocía a nadie aparte de mi esposo, pero también descubrí que me podía aliviar un problema que siempre había tenido en mi piel, el enrojecimiento. En mis primeras vacaciones en Santa Marta, Colombia desde que me había ido del país, le comenté a mi hermana sobre el CBD y sus beneficios. Y fue ahí, a orillas del mar caribe y en las estribaciones de la majestuosa Sierra Nevada, que nació Essem. Obviamente en ese momento era solo una incipiente idea de negocio, pero más adelante les contaremos la historia de su evolución hasta llegar a ser el Essem que ustedes conocen hoy.

Deja un comentario