La exfoliación es el proceso de remover las células muertas de la superficie de la piel. Cada más o menos 30 días tu piel renueva sus células, y algunas de las células viejas se pueden quedar en la superficie, causando parches de resequedad y descamación o tapando tus poros.
La exfoliación es un paso importante de toda rutina de skincare. En primer lugar puede ayudarte a mejorar la textura de tu piel, haciéndola lucir más hidratada y luminosa. En segundo lugar, puede ayudarte a destapar lo poros, previniendo la aparición de acné y mejorando la absorción de los productos de tu rutina. Además la exfoliación a largo plazo puede contribuir a la producción de colágeno, que aumenta la elasticidad de la piel y previene la aparición de arrugas.
Es importante recalcar que la exfoliación no se debe hacer en todo tipo de pieles. Si tienes condiciones de la piel como acné, rosácea o dermatitis, que causen algún tipo de sensibilidad, es mejor que consultes a tu dermatólogo antes de realizar cualquiera de estos tratamientos. Aquí te vamos a contar sobre los diferentes tipos de exfoliación y sus beneficios.
1. Exfoliación física
La exfoliación física es la que se hace al frotar algún tipo de material con gránulos o una herramienta especial contra la piel. Algunos ejemplos de materiales utilizados en la exfoliación física son los scrubs limpiadores, esponjas konjac, cepillos, guantes exfoliadores, entre otros.
Este tipo de exfoliación es de muy fácil acceso porque incluso puedes preparar scrubs con ingredientes que tengas en casa, y los resultados son visibles inmediatamente. Lo importante es que el ingrediente que utilices sea de granos finos que no vayan a causar corte en la piel de tu cara que es tan delicada. Por ejemplo el azúcar puede ser un buen exfoliante para el cuerpo, pero no es recomendable para la cara ya que sus granos son demasiado gruesos y pueden causar daños. En cambio el café, al tener granos más finos, es una mejor opción para la cara. Lo segundo que debes tener en cuenta es que debes mezclar los granos con algún ingrediente hidratante como la miel o el aceite de coco, para evitar la irritación de la piel. En nuestro Instagram puedes encontrar algunas recetas de este tipo de exfoliantes para hacer en casa.
Si vas a comprar un producto exfoliante fíjate siempre en el uso indicado. Nunca utilices un exfoliante que está diseñado para el cuerpo en tu cara, ya que puede causarte irritación e incluso pequeñas laceraciones en la piel. Empieza siempre probando el producto en una parte pequeña de tu cara para revisar que no genere ninguna reacción adversa.
2. Exfoliación química
Este tipo de exfoliación es el que se realiza con diferentes químicos o enzimas que ayudan a renovar tu piel. Al igual que la exfoliación química, es importante que solamente se realice en pieles sin ningún tipo de sensibilidad, ya que de lo contrario puede generar irritación o quemaduras.
Existen varios tipos de sustancias que pueden retirar las células muertas de la capa superior de la piel, pero los que se utilizan más comúnmente son los ácidos alfa hidróxidos (AHAs), los ácidos beta hidróxidos (BHAs) y los retinoides.
AHAs
Este tipo de ácidos normalmente se derivan de las frutas con alto contenido de azúcar y ayudan a pelar la capa superior de la piel para dar espacio a la generación de nuevas células con textura y pigmentación más uniforme. Esto puede ayudar a mejorar la apariencia de manchas y arrugas y a reducir el tamaño de los poros. Algunos ejemplos de este tipo de sustancias son el ácido glicolico (derivado de la caña de azúcar), el ácido láctico (derivado de la leche y de vegetales encurtidos), ácido cítrico (presente en frutas como el limón o la naranja), ácido tartárico (proveniente de las uvas), y el ácido málico (presente en las manzanas).
BHAs
Este tipo de ácido penetran muy profundo en los folículos capilares para secar el exceso de grasa y destapar los poros. Se utilizan sobre todo en el tratamiento del acné y la reparación del daño causado por el sol. El BHA más utilizado es el ácido salicílico, que se utiliza frecuentemente para tratar el acné y para reducir el enrojecimiento y la inflamación.
Retinoides
Los retinoides son un derivado de la vitamina A. Se utilizan para tratar el acné, aliviar el daño causado por el sol en la piel y sobre todo para reducir la apariencia de las arrugas y líneas de expresión. Los retinoides más comunes son el retinol, el adapaleno y el tretinoin.
Este tipo de sustancias por lo general solo funcionan en altas concentraciones y deben ser formulada por un médico.
Sin importar el tipo de exfoliación que utilices, es importante resaltar que este tipo de tratamientos no deberían realizarse todos los días, a menos que así te lo indique un dermatólogo. En general la exfoliación debe realizarse de 1 a 2 veces por semana dependiendo de tu tipo de piel y su sensibilidad. Entre más sensible sea tu piel, menos frecuente debe ser la exfoliación. Adicionalmente es más recomendable realizarlas por la noche, sobre todo si es una exfoliación química, ya que cuando retiras la capa más fina de la piel se puede generar foto sensibilidad, es decir mayor sensibilidad al sol. Por esta misma razón el uso diario del bloqueador solar se hace aún más importante cuando incorporas la exfoliación a tu rutina de skincare. Nunca exfolies tu piel si tienes irritación a laceraciones. Lo más importante es que si tienes dudas y no sabes qué tipo de exfoliación o producto es adecuado para tu piel, siempre consultes con tu dermatólogo.
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