Para nadie es un secreto que el 2020 ha sido un año especialmente estresante para muchas personas. La incertidumbre de no saber cuándo vamos a poder retornar a la vida normal y cuáles van a ser los efectos reales de la pandemia, han hecho que muchos tengamos niveles de ansiedad y estrés muy altos. Las hormonas que liberamos cuando empezamos a sentirnos estresados tienen muchísimos efectos físicos en nuestro cuerpo, y nuestra piel no es la excepción. Aquí les vamos a contar algunos de los efectos del estrés en la piel y cómo podemos manejarlos.
Empeoramiento de condiciones existentes
El estrés es un factor desencadenante para las personas que tienen condiciones existentes en la piel como rosácea, eczema, dermatitis, entre otros. Muchas de éstas son condiciones inflamatorias, y uno de los grandes efectos de las hormonas relacionadas con el estrés es la inflamación, porque nuestro sistema inmune se prepara para defender al cuerpo. Por eso estas personas pueden experimentar mayores síntomas de su condición en momentos en los que se encuentran bajo mucha presión. Este tipo de condiciones deben ser tratadas por un dermatólogo que de las pautas y posibles productos que puedan mejorar los síntomas.
Sensibilidad
Como mencionamos anteriormente, las hormonas relacionadas con el estrés generan una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmune. En personas que tienen pieles normales sin ninguna condición, esta respuesta puede causar sensibilidad en la piel. Es posible que en momentos de estrés sientas que las actividades y productos que en condiciones normales son muy bien toleradas por tu piel te generan síntomas de sensibilidad como ardor, picazón e incluso brotes. Si este es tu caso, es recomendable que cambies tu rutina y utilices productos suaves indicados para pieles sensibles mientras logras manejar tus niveles de estrés y tu piel vuelve a su estado normal.
Resequedad
Una de las claves en la hidratación de la piel es la salud de la capa córnea, es decir la capa más superficial de la piel. La capa córnea contiene proteínas y lípidos que crean una barrera protectora que permite mantener la humectación de la piel. Diferentes estudios han demostrado que el estrés puede disminuir la capacidad de barrera de esta capa, y afectar negativamente la habilidad de la piel para retener la hidratación. En este caso es clave incorporar ingredientes como el ácido hialurónico, que es altamente hidratante y ayuda a retener la humedad de la piel. También puedes incorporar una loción como el Acid Mantle (acetato de aluminio) que ayuda a restaurar la barrera protectora de la piel. Por último, es muy importante que mantengas tu piel hidratada de adentro hacia afuera, así que incrementa tu consumo de agua.
Acné
Una de las hormonas que nuestro cuerpo produce cuando estamos estresados es el cortisol. El cortisol puede incrementar la producción de otra hormona conocida como CRH que estimula la liberación de grasa en las glándulas sebáceas. La presencia de ese exceso de grasa puede tapar los poros y generar los indeseados granitos que caracterizan al acné. Si tu problema es que cuando te estresas te aparecen unos pocos granitos puedes tratarlos utilizando un limpiador indicado para el acné e incorporando productos con ingredientes como peróxido de benzoílo, ácido salicílico y AHAs. Si el problema es más generalizado y los granitos no desaparecen con productos de consumo masivo, es recomendable que vayas al dermatólogo.
Bolsas y ojeras
Uno de los grandes efectos del estrés son los problemas de sueño. Al no dormir bien la apariencia de las bolsas debajo de los ojos y de las ojeras empeora. Obviamente la mejor cura para esto es tratar las causas del estrés y mejorar tus hábitos del sueño, pero mientras tanto hay cosas que te pueden ayudar a reducir las bolsas y ojeras. Utiliza un contorno de ojos con ingredientes como la cafeína, el CBD y el extracto de té verde. Combina estos productos con masajes suaves con herramientas de drenaje, como los rodillos de piedras preciosas o los ice rollers, y mantén tu piel muy hidratada de adentro hacia afuera, incrementando tu consumo de agua. Si quieres saber más sobre los efectos del cansancio en la piel y como tratarlos, te invitamos a leer nuestro blog sobre este tema.
Arrugas
Los cambios que el estrés genera en las proteínas de nuestra piel pueden generar una pérdida de la elasticidad. Esa pérdida de elasticidad es una de las grandes causas de las arrugas. Además, cuando estamos estresados tendemos a tensionar mucho más los músculos de la cara y esto hace que se empiecen a marcar las líneas de expresión, especialmente en zonas como la frente y el contorno de los ojos.
¿Cómo manejar el estrés?
En este post les hemos dado algunos tips que pueden ayudar a manejar los síntomas del estrés en la piel, pero claramente la mejor forma de evitar estos efectos es aprendiendo a manejar nuestros niveles de estrés. Nosotras somos partidarias de que en el mundo tan agitado en el que vivimos todo el mundo debería tener un profesional (terapista, psicólogo, psiquiatra) para mantener la salud mental y emocional, pero también existen algunas técnicas y actividades que podemos practicar en nuestro día a día para manejar los niveles de estrés:
Mindfulness
La meditación, el yoga, los ejercicios de respiración y visualización, son prácticas del mindfulness que nos ayudan a centrarnos en el momento presente y a aceptar nuestros pensamientos y emociones sin reaccionar de forma negativa ante ellos.
Alimentación y ejercicio
Está demostrado que mantener un estilo de vida activo y saludable puede reducir las hormonas relacionadas con el estrés y ayudar a nuestra mente a tener una alternativa sana para liberar la energía acumulada que muchas veces causa el estrés.
Prácticas de higiene del sueño
Una de las claves para el manejo adecuado del estrés es dormir suficiente y tener sueño reparador. Para esto debemos mantener una rutina a la hora de dormir que incluya consistencia en los horarios (irte a dormir y despertarte a la misma hora), un espacio adecuado (cuarto oscuro, con ambiente relajante y temperatura adecuada), y evitar los dispositivos electrónicos (celular, televisor, computador) por lo menos una hora antes de dormir.
Comunicación
Es muy importante poder exteriorizar los pensamientos y emociones que nos causan estrés a través de la comunicación. Puedes hablar con un profesional o incluso con tu familia y amigos cercanos. En momentos de mucho estrés también puedes intentar escribir lo que estás pensando y sintiendo.
El estrés es casi inevitable para la mayoría de las personas, y sus efectos físicos se pueden sentir en todo el cuerpo, incluida la piel. Esperamos que los tips que te hemos dado te ayuden a minimizar los signos en tu piel, pero sobre todo te den herramientas para manejar el estrés en el día a día y evitar que se convierta en un problema crónico.